La alopecia es la pérdida anormal de cabello. Y decimos anormal porque perder cabello es algo que le sucede a todo el mundo, pero el problema viene cuando cae más pelo del habitual. De hecho, las personas solemos perder entre 70 y 100 cabellos por día, y más allá de 100 es lo que se denomina calvicie. Estos cabellos no siempre corresponden a la cabeza, hay distintos tipos de alopecia en hombres que afectan a otras partes del cuerpo.

 

Qué provoca la alopecia

Cuando un paciente empieza a notar este incremento en la caída de su cabello, la mayoría suele pensar en una alopecia permanente. Es decir, que aparezca sin ninguna causa aparente y llegue para quedarse hasta dar con algún tratamiento, como la técnica FUE.

Sin embargo, lo cierto es que existen múltiples causas o situaciones que pueden derivar en calvicie. El problema más conocido suele ser el estrés, pero la buena noticia es que en estos casos es una pérdida de pelo temporal que suele recuperar la normalidad cuando este periodo pasa como es el caso de la alopecia areata.

También los desórdenes hormonales pueden provocar calvicie. Un trastorno en las hormonas, ya sea en hombres o en mujeres, afecta al crecimiento y a la salud capilar del paciente. Pero, al igual que con los problemas de estrés, en este caso también es temporal y puede paliarse con un tratamiento adecuado de la enfermedad tiroidea.

En otros casos, la calvicie puede aparecer también por enfermedades como el lupus o la diabetes o por el uso de medicamentos como anticoagulantes, antidepresivos, antihipertensivos  o anticonceptivos. En estos últimos, la pérdida de cabello suele remitir al acabar con este tipo de tratamientos.

 

 

Los diferentes tipos de alopecia en hombres

Hay hasta 100 tipos de alopecias diferentes, pero hay seis en especial que suelen ser las más comunes.

  1. Alopecia androgénica. Este tipo de alopecia es la más común y se da sobre todo en hombres, el 50%, y afecta solamente a un 10% de las mujeres. La pérdida de cabello causada por la alopecia androgénica suele aparecer a partir de los 20 años y se debe a la genética o a problemas hormonales. De hecho, aunque solía atribuirse este origen genético a la mujer, lo cierto es que se trata de una combinación de genes de distintos familiares, o herencia poligénica.
  2. Alopecia areata. Este tipo de alopecia es la segunda más común y su caída se origina en forma de parches en la cabeza del paciente, aunque también puede aparecer esta falta de cabello en otras zonas del cuerpo. La causa de este tipo de alopecia suele deberse a enfermedades autoinmunes como la diabetes o la artritis. Normalmente, es temporal y el cabello vuelve a crecer.
  3. Alopecia fibrosante. Este tipo de alopecia es más común en mujeres, y sus causas aún son desconocidas. Pero se sospecha que este tipo de caída del cabello esté relacionada con la menopausia. En estos casos, la pérdida de pelo suele percibirse más en la zona frontal de la cabeza del paciente, en las cejas y zonas temporales.
  4. Alopecia difusa. La alopecia difusa es reversible, en un periodo de tiempo determinado suele volver a crecer. Normalmente la caída se produce en una porción del cuero cabelludo, y la intensidad varía en cada paciente.
  5. Alopecia cicatricial. En este caso, este tipo de alopecia es la que aparece tras la formación de una herida en el paciente. En estos casos, la cicatriz que se forma impide que crezca el cabello en esa misma zona.
  6. Alopecia universal. La alopecia universal aparece por una enfermedad autoinmune en la que los anticuerpos del paciente atacan los folículos pilosos y eliminándolos. Pertenece al grupo de la alopecia areata, pero en este caso las consecuencias suelen ser más agresivas y generalizadas.

 

Prevención y tratamiento de la alopecia

El mejor tratamiento para la alopecia es la observación. En cuanto el paciente observa que el cabello cae más de lo normal, debería acudir a una clínica experta en medicina capilar y/o dermatológica. Cuanto antes se identifique la causa y el problema, antes se le podrá dar una solución rápida.

También es importante la prevención, que en este tipo de casos es más cambiar a un estilo de vida saludable y controlar el estrés, así como cuidar la alimentación. Aunque también existen ciertos productos que pueden ayudar a retrasar o incluso acabar con esta posible caída del cabello, como las lociones estimulantes, los bloqueadores DHT o los fortalecedores de raíces.

En cuanto al tratamiento, depende de la pérdida de cabello y la miniaturización de los folículos de cada paciente. La clave es tratar de manera personalizada, ya que cada paciente y tipo de alopecia es un mundo en sí mismo. Observar cada caso de forma individualizada ayuda a escoger un tratamiento adecuado para el problema del paciente, así como hacer un seguimiento post-operatorio para conocer sus progresos en caso de que haya sido necesario un trasplante.

 

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